Podcast: Play in new window | Download
Suscríbete Google Podcasts | RSS
Sí, así es. Los tesoros no se encuentran únicamente en un barco en el fondo del mar, en una cueva perdida en medio de la nada, o tras la pared de una casa antigua. Los trasteros, nuestros trasteros, son lugares ideales a los que ir a buscar y encontrar tesoros tecnológicos.
¿Qué tal? Soy Amador Cámara, @elCatite, elPeriodista de Yslamac.es, y comienzo el año 2023 con mi #Podcast de enero para La Ysla de los Macníficos centrado en algo tan chulo como la búsqueda de tesoros tecnológicos en nuestros trasteros. Lo hago porque a mí me ha pasado, y la experiencia ha sido genial.
En mi casa ocurre, supongo, como en todas las demás: vamos acumulando tratos en el trastero hasta que ya no podemos ni abrir la puerta para entrar. El momento límite llegó este verano, por lo que no tuvimos más remedio que dedicar la mañana de un sábado a arreglar el trastero. Lo hicimos y yo me llevé la grata sorpresa de encontrar unos tesoros tecnológicos que pensaba me había desecho de ellos. Sin embargo, no era así; allí estaban perfectamente embalados y guardados, en una caja, en un rincón… pero perdidos. Ya están encontrados. Bienvenidos a casa.

Mi primer tesoro tecnológico de trastero: HP Photosmart 618
Compré la cámara digital HP Phosmart 618 a mediados de los años 90 del siglo pasado. Era por necesidad, para que me ayudara en mi “trabajo” como corresponsal periodístico del Diario Jaén en mi pueblo, Higuera de Calatrava. En el #podcast os cuento la historia con “pelos y señales” pero os avanzo que me costó un “pastizal” pero que sin embargo me fue tremendamente rentable. Yo era un estudiante de bachillerato, sin ingresos, sin formación específica, pero con unas ganas tremendas de ser periodista. Eso lo hizo más fácil, aunque fue difícil, muy difícil.
Incluso me he emocionado al volver a tener en mis manos a mi querida HP Photosmart 618.
Mi segundo tesoro tecnológico de trastero: Qtek S200
En aquellos entonces, hablo de finales del siglo XX, yo era muy pero que muy de agendas de papel. Aún conservo mi querida agenda Finocam que os muestro debajo.

Fue un regalo, y le di una caña de la leche porque me era tremendamente útil. Hasta que mi hermano me habló de las agendas digitales. Eran básicamente lo mismo que las de papel pero con muchísimas más funcionalidades y prestaciones. Yo recelaba de aquellas maquinitas pero terminé aceptando el préstamo de una suya, que ya no usaba porque había optado por un modelo más avanzado. Era la Thoshiba e740 y nada más probarla supe que aquello tenía que usarlo porque era un inventazo.
En el #podcast os cuento con detalle lo bien que me fue con la Thoshiba (que, por cierto, no conservo porque supongo que se la devolví a mi hermano) y de cómo me engañaron al comprar en eBay una Qtek S200.

Pese al timo que sufrí (os lo cuento en el #podcast), reforcé mi convicción de que el presente y el futuro de mi trabajo pasaba con usar ese tipo de maquinitas, y así lo hice.
Mi tercer tesoro tecnológico de trastero: HTC P3300

Tras el fiasco de la Qtek S200, y una vez pude ahorrar para comprarme una agenda electrónica NUEVA, llegó a mis manos una HTC P3300. Con ella pasé unos años geniales de trabajo y de aplicación a mi vida diaria… sobre todo porque tenían incorporado el teléfono móvil… y eso era ¡¡¡UNA PASADA!!!
Es el tercero de los tesoros tecnológicos de trastero que he podido recuperar este verano, y que me ha hecho sentirme genial. Fiajos si fueron buenos, intensos y fructíferos que la tuve hasta hace relativamente poco, hasta que tuve mi primer iPhone: un iPhone 4.
No lo dudéis. Bajad a vuestros trasteros, rebuscad entre las cajas, entre las estanterías, porque hay unos magníficos tesoros tecnológicos que os están esperando. Seguro que disfrutáis con ello y escuchando el #podcast lo mismo que yo lo he hecho grabándolo.