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Vuelvo a enfundarme mi traje de explorador para buscar tesoros… tesoros tecnológicos. Y busco, como ya hice hace unos meses, en los trasteros y en aquellos lugares del pueblo donde podría haber algún tesoro que es valioso, más que por su valor material, por su valor sentimental.
¿Qué tal? Soy Amador Cámara, @elCatite, El Periodista de Yslamac.es, y en mi Report de agosto de 2023 para La Ysla de los Macníficos os voy a hablar de los “tesoros tecnológicos” que me he vuelto a encontrar ordenando trasteros.
Como os digo, me he dejado llevar -quizá- por el espíritu de Indiana Jones, recientemente revitalizado con su nueva película, y he vuelto a disfrutar de lo lindo tanto buscando como disfrutando de lo encontrado. Sí, porque han aparecido cosas interesantes. Por eso, os recomiendo que escuchéis el podcast ya que es ahí donde vais a encontrar todo el valor del trabajo que he realizado para dar a luz este Report.
No obstante, y como hago siempre, os adelanto aquí alguna de las cosas que podréis escuchar allí.

El primero de mis tesoros tecnológicos
El primer descubrimiento del que os hablo es de la primera televisión que tuvimos, la primera que entró en casa. Fue una Vanguard en blanco y negro. Corría mediados de los años 80 y aquello fue todo un acontecimiento porque ya no tendríamos que ir a casa de los vecinos para poder ver, por ejemplo, Curro Jiménez o Rocky Chaparro que tanto me gustaban. cuando tuvimos nuestra primera tele.
Como digo, a blanco y negro, la antena era de “cuernos” y sólo tenía tres botones. Quizá os parezcan pocos, pero nos sobraba uno porque entonces sólo había dos canales: La Primera y La Segunda.

Segundo tesoro
Después os hablo de la segunda televisión que entró en casa. La que llegó después de la Vanguard. Ya hablamos de principios de la década de los años 90 y, como os podéis imaginar, esta sí que fue a color. Era un Philips modelo 20GR1250/36B.
Era la típica televisión de tubo, es decir, con un “culo” importante por detrás que nos obligó a hacer un agujero en la trasera del mueble del salón para poder colocarla allí. Si no, no entraba.
También recuerdo que esta tele no fue un regalo. No. La compré yo con el primer sueldo que gané trabajando como camarero de la churrería de mi pueblo (La Quisca y los Hermanos Cámara). Si queréis conocer toda la historia, escuchad el podcast.
Tercer tesoro
Este tesoro tecnológico es múltiple porque está formado por cinco máquinas de escribir. Todas y cada una de ellas tiene su historia, que os cuento en el podcast.
- Olivetti Lettera 40
- Olivetti Pluma 22
- Mecanográficas Gregorio
- Samsung SQ-3200L


Insisto: cada una de estos tesoros tecnológicos tiene una historia detrás, tremendamente sentimental, que os cuento en el podcast. ¡¡¡No dejéis de escucharlo!!!
Cuarto tesoro tecnológico: la joya de La Corona
Acabo el podcast con el tesoro tecnológico que más valoro, no por su valor material sino por el valor sentimental que me desprende: una vieja radio Philips modelo BE-512-A.
La radio me enamoró desde que, con siete años de edad, la descubrí en la primera planta de la casa del pueblo. Hace más de 44 años que he deseado ponerla en marcha, escucharla… y sin embargo siempre la he visto apagada; siempre en el mismo sitio, sobre la misma cómoda antigua protegida del polvo por un viejo paño ya casi sin color por el paso del tiempo.
¿Podré encenderla alguna vez? Una radio preciosa que podéis ver en la foto principal de este post.
Os espero en el podcast. Y… suerte en la búsqueda de vuestros tesoros tecnológicos.